¿Acusan a su hijo?

26.12.2016 18:41

 

¿Acusan a Su Hijo?

 

Cuando alguna persona le informe sobre el mal comportamiento de su hijo:

Escúchele atentamente. Serénese, no de muestras de enojo ni de incredulidad. Pídale datos complementarios. Agradezca la información, pero no se precipite declarando un juicio delante de la persona que le informa. Dígale que va a considerar el asunto.

 Antes de enfrentarse con su hijo, medite:

¿Qué habrá movido a esa persona a darme tal información? ¿Fue esa persona testigo de lo que me dijo? En cualquier caso, ¿qué solvencia moral tienen las personas informadoras? Sigilosa y prudentemente trate de recabar más datos. Ore pidiendo la dirección y la gracia del Señor.

Cuando trate el asunto con su hijo:

          Dialogue serenamente con él. No es necesario y quizá no convenga informarle quién lo acusó, salvo cuando lo ha hecho la misma persona ofendida.

          Cuado tenga motivos para no creer a pie juntillas todo lo que le dice, no se lo demuestre; probablemente tenga razón y perderá su respeto. Tome en cuenta que muchos acusados solo dicen parte de la verdad.

          Sobre los datos que usted tiene hágale preguntas que lo encamine a decir toda la verdad.

          Si duda de su veracidad, acepte su informe, pero dígale que en caso de que mienta, tanto su carácter como su futuro serán seriamente afectados. Hágale entender que es más honroso reconocer las faltas y corregirlas.

          Si ha reconocido sus faltas, hágale reflexionar sobre lo impropio de su comportamiento y las posibles consecuencias.

          Dígale cómo quiere Dios que nos comportemos. Guíelo al arrepentimiento. Si pide perdón y promete corregirse, quizá no sea necesario castigarlo.

          Anímelo que ore pidiendo a Dios perdón y que prometa corregirse. Después ore por él.

          Si ha causado daños que puedan ser reparados, ayúdelo a que haga la reparación, o que aprenda a pedir perdón a las personas que ha ofendido.

          Si reincide, después de amonestarlo,  aplique un castigo justo.

Después del juicio:

          No publique la falta de su hijo porque se resentirá y puede perder su confianza en usted.

          Cuando concluya su juicio no tiene obligación de contar el resultado a la persona que acusó a su hijo. Si le pregunta, sencillamente dígale que ya está arreglado todo entre usted y su hijo, sin dar detalles.

Antes y después de toda acusación:

          Observe una conducta limpia digna de ser imitada por sus hijos. Ore privadamente y en familia por sus hijos. Adore privadamente, en familia y en la iglesia. Dedique tiempo para conversar, trabajar, jugar y estar al lado de sus hijos.

 

Publicado en El heraldo de Santidad, del 1º de noviembre de 1975

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