CREO EN MARÍA LA MADRE DE JESÚS
Creo en María la Madre de Jesús
Bases bíblicas: San Lucas 1:26-56; 2:1-52; San Juan 1:1-18;
Creo en María, la madre de Jesús.
Creo que Dios la escogió para ser la madre de nuestro Salvador porque era una señorita piadosa y sumisa a Dios.
Creo que estaba desposada con José, varón santo, cuando el Ángel Gabriel vino a darle la noticia de que sería la madre de Jesús.
Creo lo que el Ángel le dijo: que era favorecida de Dios, que había hallado gracia delante de Dios; lo que significa, que el privilegio de ser madre de Jesucristo, no era porque lo mereciera, sino por gracia, por un favor gratuito de Dios.
Creo que era virgen cuando concibió en su vientre a Jesús. Que el Verbo, la Segunda Persona de la deidad encarnó en su vientre por obra del Espíritu Santo, por lo que Jesús es llamado “Hijo del Altísimo” e “Hijo de Dios”.
Creo en la humildad de María, que, aunque ella no comprendía del todo el anuncio del Ángel, se sometió a la voluntad de Dios como una sierva suya.
Creo que María fue virgen y que su esposo José no tuvo relación íntima con ella, hasta que dio a luz a su hijo Jesús (San Mateo 1:25).
Creo que Maria y José cumplieron con la paternidad responsable conforme al plan original de Dios, pues engendraron otros hijos, después del nacimiento de Jesús. San Mateo 1:25 y San Lucas 2:7, dicen que Jesús fue el primogénito de María, es decir, el primer hijo engendrado. Si hubiera sido único, se habría escrito, “unigénito”. Los vecinos de Nazaret, quienes conocieron la familia de José y María testificaron que Jesús tuvo otros hermanos (San Marcos 6:3).
Los hermanos de Jesús que al principio no habían creído en él (Juan 7:3-5), fueron a buscarlo para regresarlo a casa, pensando que estaba fuera de sí (San Marcos 3:21). Aparentemente, Por eso Jesús no salió a recibirlos (San Marcos 3:31-35). Pero después de su resurrección, sus hermanos creyeron en Él y se unieron al grupo de creyentes que oraban por la venida del Espíritu Santo (Hechos 1:14)
El hecho de que María la madre de Jesús haya tenido más hijos, no le quita dignidad, ni mengua su santidad. Pues el sexo, el matrimonio y la procreación es creación y mandato de Dios (Génesis 1:27-28). En Hebreos 13:4 hallamos que “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”. San Pablo dice que las parejas matrimoniales no deben negarse el deber conyugal (1ª Corintios 7:3-5). Los santos como Noé, Abraham, Isaías, Oseas, y el evangelista Felipe tuvieron esposas y engendraron hijos.
Creo que María y sus hijos fueron enteramente santificados, es decir, purificados sus corazones de pecado innato, junto con más de cien creyentes que esperaron la llegada del Espíritu Santo, después de la ascensión de Cristo (Hechos 1:12-14; 2:1-4; 15:8-9).
Creo en todo lo que las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento dicen respecto a María la madre de Jesús. Se ha dicho muchas otras cosas de María, que no están en los escritos sagrados, sino en otros que la Iglesia cristiana no aceptó como inspirados divinamente, por lo que no pertenecen al canon sagrado, es decir a la lista de libros reconocidos como inspirados divinamente. Por tanto, no estamos obligados a creer lo que no está escrito en los libros del Nuevo Testamento.
Creo en el único consejo de María que consta en el Evangelio de San Juan 2:5. “Haced todo lo que os dijere”. Que hagamos todo lo que Jesús manda. Y una de las primeras cosas que Jesús quiere que hagamos es: “Arrepentíos, y creed en el evangelio” (San Marcos 1:15).
¿Cree usted en María la madre de Jesucristo? Entonces está usted dispuesto o dispuesta a seguir su consejo: Arrepiéntase de sus pecados y crea en Jesucristo como su Salvador.