EL AMOR DE UN PASTOR
Soñaba que en una montaña
Me sorprendió una tempestad,
Y en una vieja cabaña
Que cerca vi, me fui a refugiar.
Pensativo estaba… alcé la mirada
Y he aquí un hombre… ¡pobre!
Tiritaba de frío por la mojada.
Sollozaba cual amoroso padre.
Con lágrimas en los ojos
Vio usted a una ovejita? Preguntó:
No, contesté al ignoto
Y un profundo suspiro dio.
Y llorando elevó sus ojos al cielo
Y dijo: “Tú lo sabes Padre mío,
Donde la puedo encontrar luego
Antes que se muera de frío
Siguió buscando a la ovejita perdida
Que se apartó y no llegó al corral;
La tempestad había pasado ya,
Solo se escuchaba un ruido torrencial
Una y otra vez a la ovejita llamó,
La ovejita gimiendo contestó
En el profundo de un barranco.
El pastor emocionado se acercó.
Estando al borde de aquel collado
No sabía cómo bajar, se deslizó.
Llegó al cieno, y en sus fuertes brazos,
A la doliente oveja tomó y acarició.
Con gran esfuerzo pero contento
De aquel barranco profundo salió,
Y a su amada oveja al redil llevó
Amoroso, curó sus heridas y la vendó.
¿Quién era ese hombre tan abnegado?
Era un pastor más que responsable;
Trabajaba con un corazón amable
Por su pequeño y humilde rebaño.
Vosotros mis queridos hermanos,
Amad a vuestro líder y buen pastor,
Escuchad sus prédicas con atención
Y sus consejos llenos de amor.
5 de julio de 1952
Puebla de los Ángeles, Puebla