LA ANCIANIDAD TAMBIÉN ES HERMOSA

17.07.2014 12:08
La Ancianidad También Es Hermosa

 

La tarde es el tiempo de aminorar el ritmo de la vida para disfrutar de la brisa con la conciencia del deber cumplido, Solazarse en los arreboles que nos dicen que el sol se está transportando a otros mundos donde sigue despertando la vida. Cuando el sol se ha ocultado es cundo brillan las estrellas. Esta es la visión del cristiano al entrar en la vejez.

            El envejecimiento fisiológico es la declinación gradual de las capacidades físicas. En qué edad de la persona comienza esta etapa y qué tan lento es el proceso, depende muchos factores: la herencia biológica, el grado de salud conservado desde la infancia, el tipo de trabajo que la persona ha hecho, su filosofía de la vida y factores socioeconómicos. Gracias a que el proceso de envejecimiento es gradual, se puede ir haciendo los ajustes compensatorios. NO hay por qué perder la calma, pues posible envejecer sin perder la felicidad.

            El envejecimiento psicológico se debe en parte al envejecimiento fisiológico, pues a degeneración del cuerpo puede causar la degeneración gradual del cerebro. Las facultades mentales comienzan a disminuir. Las otras causas son la falta de ajuste en las etapas de la vida, los conceptos erróneos que la persona pueda tener de sí misma, la falta de motivación y el maltrato que recibe de quienes la rodean.

            La persona que pasa por esta fase del envejecimiento la puede controlar y sobrellevar, cuidando su salud, manteniendo interés en el mundo que la rodea, involucrándose en las relaciones sociales. Manteniendo la sensación de utilidad y llevando una vida independiente. Pero nada le ayudará más que una filosofía correcta de la vida. Y la mejor filosofía es Cristo, nuestro Redentor y compañero amoroso. Una de las ideas que perturba más a algunos ancianos es el conocimiento de que están más  cerca de la muerte, pero para los que tienen fe en las promesas de las mansiones celestiales que Jesucristo prepara para sus seguidores, la idea de la proximidad de la muerte produce una grata esperanza.

            Hasta aquí nos hemos referido a la vejez, o edad avanzada, etapa de una vida más o menos independiente de los adultos avanzados. Después viene la etapa final cuando las incapacidades físicas son más o menos completas, por lo que estas personas tienen qué depender totalmente de los demás. El cerebro ya no recibe el oxígeno necesario y en consecuencia vienen la distracción, la confusión mental y la conducta extravagante, de la que el anciano ya no es éticamente responsable. Se hace llevadera por el amor y la comprensión de los que le rodean.

            Aquí es donde se revela la profundidad del amor y la gratitud de los hijos. ¡Qué gran satisfacción tener la oportunidad de cuidar con cariño y respeto a esa persona amada que nos estrechó en sus brazos, cuando nosotros fuimos un bebé indefenso! ¿Tiene usted esa oportunidad que es u privilegio? ¡Gócela al máximo!

           Las instituciones que tienen la obligación moral de cuidar que la ancianidad sea un período feliz y útil son la familia, La iglesia y el Estado. La familia, porque los ancianos fueron su fundamento y sostén en todos los conceptos; la iglesia, porque su misión es servir al prójimo espiritual y moralmente; El Estado, porque los ancianos son ciudadanos que en alguna forma contribuyeron al sostén de la Patria, la cual tiene el deber de velar por el bienestar del pueblo.

            La Familia debe proveer el amor, la comprensión, el compañerismo, el cuidado físico a sus ancianos y fomentar en ellos el sentimiento de utilidad. Cuando no tienen familia, o los vaivenes de la vida los han arrojado lejos de ella, el Estado debe proveer para los ancianos una casa y los cuidados necesarios.

            El pueblo cristiano no puede olvidar la inversión que hicieron en la iglesia los ancianos de hoy. Pero si no fue así, es el amor de Cristo que habita en nuestros corazones lo que se externa en atención hacia estas personas.

Actividades para Ancianos.

            A continuación incluyo algunas recomendaciones para proveer actividades que llenen las necesidades de orden espiritual, moral y social de las personas ancianas:

            La formación de grupos de oración y estudio bíblico semanalmente. Conviene organizar una clase de escuela dominical apropiada: el aula debe tener mucha luz y sin corrientes de aire frío; los materiales de lectura y de enseñanza deben ser fácilmente legibles, Si los alumnos lo prefieren, puede haber clases separadas de hombre y mujeres con maestros del mismo sexo, Los maestros deben ser tranquilos, hábiles,  tolerantes y prudentes para mantener el equilibrio en las discusiones, pues los ancianos frecuentemente se aferran a sus opiniones, creyendo que son correctas. No se les debe insistir en que memoricen textos bíblicos o que aprendan nuevos datos. A los incapacitados para asistir a la iglesia se les debe servir por medio del Departamento de Hogar.

            Mensualmente se pueden organizar reuniones sociales, visita a los museos. Se puede organizar retiros anuales de compañerismo. Los jóvenes y adultos pueden hacer visitas semanales o mensuales a los ancianos en sus hogares o los asilos, para darles un poco de compañerismo.

            La iglesia debe aprovechar la experiencia y las capacidades de los ancianos de edad avanzada proveyéndoles ministerios de servicio. Estos serán medios para ayudarles a mantener la sensación de utilidad. Las mujeres pueden ayudar en la guardería de la iglesia una vez por semana. Ellos y ellas pueden ayudar en el mantenimiento del templo y los salones. Pueden servir como ujieres. Las personas con más fuerzas pueden visitar a los ancianos incapacitados que pertenezcan al Departamento de Hogar. También pueden ayudar en proyectos de construcción, haciendo trabajos que no sean peligrosos. Una labor social que ellos pueden hacer es cuidar niños pequeños mientras sus madres van de compras, o cuando éstas  vana a dar una clase de escuela vacacional. De cuando en cuando se debe hacer un reconocimiento a la labor que los ancianos realizan.

            La perspectiva expresada en cuanto a esto por San Pablo fue: “Por tanto, no desmayamos; aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día” (1ª Corintios 4:16). Todos nuestros ancianos pueden transitar por ese camino.

Publicado en El Heraldo de Santidad en octubre de 1984.

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