NATIVIDAD
N A T I V I D A D
Natividad: Natividad es nacimiento.
Hoy cumples veintisiete años,
Tu llanto resonó en el momento
Que viniste, aquel día de antaño.
Natividad, sin duda tu nacimiento
Fue motivo de grande alegría,
Para aquellos que en aquel momento
Te vieron nacer en ese olvidado día.
Natividad, tus padres en tu nacimiento
Vieron en ti una nueva estrella
Que llenaría el hogar de contento,
Pleno de paz, de amor y sin querellas.
Natividad, el día de tu nacimiento
El sol salió muy resplandeciente,
Cual rey del día en el firmamento,
Asomándose desde el oriente.
El brillante sol te felicitó sonriente
Hasta ocultarse en el occidente,
Natividad, el día de tu nacimiento
Los pájaros gozosos madrugaron
Para anunciar tu advenimiento.
Con sus dulce acordes que entonaron.
Natividad, el día de tu nacimiento
Las hermosas flores perfumaron.
Y en la noche con agudos acentos
Los grillos cantores te arrullaron.
Amada Natividad, tu nacimiento
Ha pasado ya a la historia,
Ya no se recuerda aquel momento,
Ya no más viene a la memoria.
¿Dónde, Natividad, aquel gozo
Que rodeó tu humilde cuna?
Se ha trocado en gran sollozo
Pues tu destino fue infortuna.
¿Dónde, Natividad, aquella estrella
Que brilló en aquel hogar?
Fue ocultada por la ausencia
De tu madre sin poderte amar.
Sin poder mirar a su Natividad
En su niñez, ni en su pubertad
¿Dónde, Natividad, el brillante sol
Que te felicitó muy sonriente?
Se ha puesto ahora tan candente,
Que tu alma cual flor la marchitó.
¿Dónde, Natividad, los pajarillos
Que te cantaron cuando naciste?
¿y dónde tus arrulladores grillos
¡Callaron porque ahora están tristes!
¿Dónde, Natividad, aquellas flores
Que sus aromas te acariciaron?
Se han marchitado ya, ¡pobres!
Sus deliciosas aromas se acabaron.
¿Dónde, Natividad, estás ahora?
Las circunstancias te han traído
A esta situación que tanto llora.
Te comprendo porque soy tu amigo.
Natividad, debajo de este cielo
Que nos cubre con su gran manto,
Ha sido testigo de tus desvelos,
Y testigo de tus frecuentes llantos
Tus luchas por tus hijos, Natividad,
Un día nuestro Dios las premiará.
Tus llantos se convertirán en risas,
Tus hijos disfrutarán de paz.
8 de septiembre de 1952
Puebla de los Ángeles, Puebla
La última estrofa fue como una profecía que se cumplió. Sus últimos años fueron de bienestar y tranquilidad, en California, E. U. Vió crecer a sus nietos y aún a sus bisnietos; falleció en paz rodeada de sus hijas, yernos, nietos y bisnietos, a los 89 años de edad, el domingo de este diciembre de 2014.