Predicación de la Santidad

08.05.2017 16:47

PREDICACIÓN DE LA SANTIDAD

 Por Jonás Aquino López

¿Por qué se predica muy poco la santidad? ¿Por qué debemos predicarla?

Los predicadores tenemos el deber de predicar toda la Palabra, todos los temas de la Palabra. Tanto más cuanto más necesaria es para la vida victoriosa, para la vida abundante por la que Cristo vino a dar su vida.

¿Por qué es necesaria la predicación constante, reiterante y escrituralmente, la santidad?

Cuando vemos con alguna frecuencia la vergonzosa caída de algunos pastores en la inmoralidad sexual, revela la falta de esta experiencia y/o la disciplina espiritual de los siervos de Dios. Igualmente hay damas que ceden a la seducción del pastor o que seducen al pastor. Urge un ungimiento fresco a los pastores, quienes son responsables de la vida espiritual de su grey. Urge el cuidado de su propia vida devocional. Pero también es urgente el retiro espiritual anual de los pastores, tanto en grupo como individualmente. Aparte de la responsabilidad personal de cuidar su vida espiritual, los pastores necesitan escuchar una y muchas veces el llamado a ser santos, de parte de otros predicadores. Es a través de la Palabra que el Espíritu Santo habla y ablanda el corazón de los que oyen. 

Temo que algunos pastores, ni la doctrina conocen, menos la experiencia. Los pastores fracasados y livianos de conducta están dando un mensaje negativo a sus feligreses. Algunos ciegos están guiando a los ciegos al barranco de la liberalidad, de la mundanalidad y de la insatisfacción espiritual. Los pastores que están bajo la presión satánica a punto de caer deben releer los siguientes pasajes, para no ser contados entre los que fracasan vergonzosamente y arrastran tras sí a otros a la inmoralidad: Ezequiel 34:1-10; Juan 10:12-13; Hechos 20:28-30; 1ª Timoteo 3:1-7; 2ª Timoteo 2:14-26; 3:1-13; 1ª Pedro 5:2-4.

Los creyentes necesitan escuchar clara y reiteradamente el llamado de Dios a la santidad, la promesa divina de realizarla, del poder del Espíritu santo para santificar. Los pastores estamos dejando que la iglesia se mundanalice. No es la Palabra de poder, que brilla por su ausencia, la que está formando el carácter de los creyentes, sino que es este “siglo” el que está dando forma al pueblo, que debería ser “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa” (Romanos 12:2; 1ª Pedro 2:9); porque falta la visión, la pasión y el celo por la santidad. Estamos viviendo una era de hedonismo puro, que se anuncia por todos los medios masivos de comunicación: para este “siglo”,  el supremo bien es el placer: Haz lo que te gusta, lo que te agrada, lo que es más cómodo, lo que es más fácil; todo lo que tu cuerpo desea es legítimo; no dejes que ideas retrógradas, anticuadas y caducas de la religión te esclavice, impidiéndote disfrutar de las cosas de la vida. Ésta es la filosofía de este siglo, la cual lamentablemente ha estado entrando a la iglesia: modas mundanas de vestir, estilos mundanos de cantar, que rayan más bien en espectáculos que en adoración, solteras embarazadas; padres tolerantes, sin poder moral para educar. 

Porque no se enseña la verdad sobre la obra del Espíritu Santo, pastores e iglesias están cayendo en herejías emocionalistas y espectaculares; porque si conocieran la verdad, no aceptarían otros vientos de doctrina. Pastores carentes de auto valía que da el Creador y Salvador, buscan llenar su necesidad de significado controlando a sus congregaciones. La carnalidad divide iglesias, porque las divisiones son productos de la carne (Gálatas 5:19,20); el fruto verdadero del Espíritu es el amor que une, que perdona y soporta al débil (Gálatas 5:22-24). 

Urge, es urgente la predicación continua, clara y bíblica de la santidad. El pueblo lo necesita. Necesita saber que la santidad no es una camisa de fuerza que obliga, sino poder que libera del poder del pecado. Es la gracia del Espíritu Santo purificando al creyente de su carnalidad y llenando de poder interior para vivir el fruto del Espíritu (Gálatas 5:16-26). Es urgente la predicación de la santidad. Predicaciones aisladas y eventuales no son suficientes.

Urgen retiros de santidad para los pastores por lo menos cada año. Urgen campañas de santidad en las iglesias de dos semanas o de un mes cada año. Urgen retiros de santidad distritales o zonales para los feligreses en general, por lo menos de tres días y noches cada año. Urgen reuniones de oración exclusivamente para rogar y promover el bautismo del Espíritu Santo. Es urgente que en cada institución de educación teológica, se tenga una semana de predicación de la santificación y la santidad, año tras año; y que en cada servicio de capilla se predique sobre la vida de santidad.

¡Es urgente un avivamiento de santidad! Líderes y pastores: iniciemos ya este avivamiento con nosotros mismos. Busquemos la renovación de ese Poder sobre nosotros y cumplamos en predicar la santidad bíblica a nuestros feligreses hambrientos de poder espiritual.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12:2 VRV). 

 

No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios cambie su vida con una nueva manera de pensar. Así podrán saber lo que Dios quiere para ustedes y también lo que es bueno, perfecto y agradable a él (Romanos 12:2 PDT)

 

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