¿QUIÉN ES UN PADRE CRISTIANO?
¿Quién Es un Padre Cristiano?
Ya se ha dicho bastante sobre el deber de la madre y se han ensalzado sus bellas cualidades. Ahora quiero mencionar algunas características del padre cristiano.
El padre cristiano es el hombre que se ha independizado de la economía y el gobierno de sus padres para formar un hogar propio: techo propio, sostén propio y gobierno propio. “dejará el hombre a su padre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).
Es el que procura mantenerse siempre en un trabajo remunerado para ganar el pan y todo lo necesario para la familia. No malgasta su salario en cosas inútiles o innecesarias, sino que se sienta con su familia para hacer una lista de las cosas más indispensables y hacen un presupuesto para emplear sabiamente su dinero. “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (1ª Timoteo 5:8).
Procura vivir una vida recta y agradable delante de Dios y una vida ejemplar para sus hijos, porque sabe el poder de su influencia sobre lo suyos. Dios tocó este punto al declarar. “…Yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos…” (Éxodo 20:5).
Considera a sus hijos como una herencia de Dios, por eso los ama, y considera la paternidad como el más alto privilegio de los hombre sobre la tierra. “He aquí, herencia de Jehová son los hijos…” (Salmo 127:3).
Como José y Maria, él y su esposa llevan sus hijos a la iglesia para consagrarlos al Señor. “…le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor… los padres del niño Jesús lo trajeron al templo…” (Lucas 2:22,27). Y por ese voto el padre cristiano puede decir como Josué: “…yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:15).
Como Noé y Abraham, reúne a los suyos alrededor del altar familiar, para adorar a Dios y enseñar a sus hijos el camino del Señor, de acuerdo a su Palabra: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:5-7).
Con amor y sabiduría aplica la disciplina a sus hijos, a tiempo y con justicia. “Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para destruirlo” (Proverbios 19:18).
Es previsor. Procura proveer para el futuro de sus hijos: no solo dinero, sino también cultura educación y una vida ejemplar, pues todos éstos son tesoros para la vida futura de sus pequeños. “…pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos” (2ª Corintios 12:14).
Si por algún error en su método de educar a sus hijos, o por descuido y terquedad del muchacho o la muchacha, fueron estos atrapados en conducta impropia, sabrá perdonar al caído y, con amor y juicio tratará de restaurarlos, como el padre del hijo pródigo. “…el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma…” (Santiago 5:20).
Pero por mucho que ame a sus hijos, como Abraham, sabrá desprenderse de él o de ellos, cuando Dios los llame a su servicio a una tierra lejana del hogar. “…el que ama a hijo hija más que a mí, no es digno de mí” (Mateo 10:37).
Además, el padre cristiano no es egoísta, que piense únicamente en los suyos. Se acuerda que hay niños pobres y huérfanos desamparados y se comporta como Job que “…a los menesterosos era padre” (Job 29:16).
Éstas y otras cualidades resaltan en el padre cristiano. Que el Señor nos dé su abundante gracia para poder cumplir con nuestra misión, de tal modo que, al estar en el umbral de la muerte, podamos decir como Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor…” (2ª Timoteo 4:7,8).
Publicado en EL HERALDO DE SANTIDAD.