RENOVACIÓN ESPIRITUAL
Por una renovación espiritual
Por Jonás Aquino López
La era moderna comenzó alejarnos de la visión creacionista, para introducirnos a la filosofía materialista y evolucionista, misma que nos llevó a una ética relativista. Desde la década de los 60s del siglo pasado, hemos entrado plenamente a la era postmoderna, en la que la cultura materialista, evolucionista y relativista, nos ha introducido a una ética hedonista y utilitarista.
La cultura de la educación secular, de la literatura y los medios masivos de comunicación, no solamente ha transformado la visión del mundo de la sociedad en general, sino que ha infiltrado la iglesia y los conceptos teológicos de los ministros eclesiásticos. Esto de una manera lenta, gradual e imperceptible. De aquí que no nos demos cuenta hasta dónde hemos llegado.
La excusa de muchos es que “estamos en otra época” y “vivimos en otra cultura.” Esto es totalmente cierto; pero olvidamos que nuestra época es, según los términos bíblicos, nuestro siglo: el mundo secular.
San Juan lo llama “mundo” y nos llama a aborrecerlo: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama el mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad Dios permanece para siempre (a Juan 2:15-17).
Santiago dice que el mundo es enemigo de Dios y los que lo aman son adúlteros espirituales: ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios (Santiago 4:4).
San Pablo lo llama “siglo” y nos amonesta a no permitir que nos deforme, sino que nos consagremos a Dios para que nos transforme conforme a su voluntad: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12:1-2).
No hay problema en aceptar la cultura en todos aquellos aspectos que no afectan la doctrina y la ética del evangelio. Pero no debemos dejar que la filosofía y la ética de este siglo le den forma a nuestra vida. Estamos llamados a transformarnos interiormente, y dicha transformación es mental y espiritual, de conceptos y experiencia, y solo puede ser hecha por la gracia del Espíritu Santo, mediante la consagración total a Dios y la fe en su promesa: Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro (1ª Pedro 1:22)
El propósito de este mensaje es hacer un llamado a los cristianos que están preocupados por la mundanalidad que ha estado entrando en nuestras vidas y en nuestras iglesias, a iniciar un clamor por un avivamiento espiritual que comience en nosotros y llegue a toda la iglesia. Retomar la oración de Habacuc: Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos y hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia (Habacuc 3:2). (En otros artículos estaremos mencionando las características de este siglo).
Oremos por un nuevo derramamiento del Espíritu Santo que traiga pureza de corazón y poder espiritual.
Orar individualmente, en reunión familiar y en reuniones caseras de grupos de cristianos. Solicitar permiso para reunirnos en nuestro propio templo, en días no usados por la iglesia, para orar específicamente por un avivamiento de santidad.
No se trata de hacer otro culto, sino de humillarnos sinceramente delante de nuestro Dios: si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra (2º Crónicas 7:14).