TU ENTRADA TRIUNFAL
Un domingo los hombres te aclamaban:
¡Viene nuestro Rey bendito! ¡Hosanna!
Mientras sobre aquel pollino cabalgabas
Con alegría las palmas tremolaban.
Sobre el camino sus mantos tendían
Para que pasaras, ¡oh Rey de gloria!
Pero a poco de cantar ellos victoria,
¡Traidores! Crucificarte pedían.
Si la Jerusalén hipócrita te olvidó
Y sin compasión alguna te crucificó,
Ahora, como Rey, mi corazón te recibió.
¡Hosanna, hosanna! De reyes el Rey,
Reina siempre en mi corazón y no yo,
Con tu ayuda siempre guardaré tu ley.
30 de diciembre de 1953
Emiliano Zapata, Arriaga, Chiapas