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La violencia en las aulas
Por Jonás Aquino López
La violencia física y verbal, las drogas y alcohol; el vandalismo, el robo y el engaño que manifiestan los niños en las escuelas tiene sus causas. Son niños que guardan resentimientos por el maltrato que reciben de sus padres, o por la falta de atención en sus hogares. Los niños crecen sin llenar sus necesidades emocionales. Detrás de estas condiciones están los matrimonios desintegrados física o emocionalmente, por la pérdida de los valores morales de sus integrantes. Junto con esta causa, está la violencia que ven en la televisión y en los videojuegos. La solución no está en las leyes ni en la vigilancia policiaca. La solución de este problema social debe enfocarse en los padres.
Los padres necesitan retomar los valores morales, aplicarlos en su vida personal, familiar y social. Ordenar su escala de valores, anteponiendo los religiosos y morales, a los vitales, económicos y estéticos. Uno de los valores que prevalecen en nuestro tiempo es el de la belleza física y el placer, dejando de lado los de mayor importancia como son los religiosos y morales.
La sociedad se compone de familias y la calidad o corrupción de las familias se vierte en la clase de sociedad que tenemos. La solución de todos los problemas sociales debe comenzar en las parejas matrimoniales. Desde que el matrimonio está perdiendo su valor, comienza a perderse la calidad de las parejas y de la familia.
Siendo que los matrimonios se componen de individuos, entonces debemos comenzar con recomponer a las personas, de cualquier edad. El cambio de los individuos es esencial.
El individuo es lo que piensa y piensa en lo que ha entrado en sus mentes desde la infancia. Vemos pues, la importancia de los pensamientos. Hoy, los individuos y la sociedad se están nutriendo de las filosofías posmodernas que son: el materialismo, el naturalismo, el evolucionismo y el relativismo, principalmente. Se han olvidado los valores de Cristo y no necesariamente del cristianismo, porque hay diversas clases de cristianismo, cada vez más diluidos. Me refiero al Cristo del Nuevo Testamento y no el de las novelas modernas, ni de los evangelios espurios que hoy se comercializan; a las enseñanzas correctamente interpretadas de las Sagradas Escrituras. Comenzando con los elevados principios del Maestro en su Sermón de la Montaña y siguiendo con las Epístolas de los Apóstoles de Jesucristo.
En síntesis, las enseñanzas son: El hombre pertenece a una raza caída moralmente e inclinado al mal, por lo que los hombres son transgresores de los mandatos divinos. Necesita el perdón de sus pecados y un cambio en su naturaleza pecadora por una nueva vida en Cristo. Estos son obras de Dios y del Espíritu Santo. Se obtienen por creer en el sacrificio de Cristo que llevó nuestras culpas en la Cruz y en el arrepentimiento, que no solo es reconocimiento del pecado, sino una renuncia a su práctica. Los siguientes versículos bíblicos lo confirman: Hechos 3:19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. 1ª Juan1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 2ª Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Y luego llenar nuestra mente con los pensamientos de Cristo, como dice el Salmo 119: 11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti. San Pablo dice en 2ª Timoteo 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
Necesitamos padres nuevos, renovados en Cristo, que inculquen los valores bíblicos en sus hijos, con palabras y con el ejemplo, como ordena Dios, según Deuteronomio 6:5-9 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Que de cada joven se pueda decir lo que San Pablo dijo de Timoteo, según 2ª Timoteo 3: 15-17 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Renovemos espiritualmente la familia y tendremos mejores hijos y una sociedad solidaria, pacífica, próspera y feliz
Buscaré el sentido del sufrimiento para que sea más tolerable
Jonás Aquino López
Reflexionaré ante el sufrimiento físico y moral, agudo y crónico. Es una consecuencia del pecado en la raza. Es un aviso de que algo está mal en nuestro cuerpo o en nuestro espíritu, o en el ambiente físico o social. Que debo buscar la curación posible. Hay dolores terrenalmente incurables. Entonces debo buscar cómo superarlo. Si personas fueren la causa de mi dolor, pediré la gracia de Dios para amarle y perdonarle; el rencor aumenta el dolor, el perdón alivia y da nuevas fuerzas al espíritu. Examinaré mi conciencia para ver si hay pecado qué confesar y pedir perdón a mi ofendido; Confiaré en la gracia perdonadora de Cristo para recibir la paz; el perdón recibido quita el dolor moral y da fuerzas para sobrellevar el dolor físico. Si todo está bien con Dios y mi prójimo, entonces buscaré el sentido de mi dolor. Quizá Dios quiere fortalecer mi alma, quizá quiere acrecentar mi compasión por los que sufren, quizá quiere que pruebe mi fidelidad a Él. Si el dolor persiste pensaré en que la vida terrenal es breve; pensaré en el cielo, donde no habrá enfermedad, ni dolor, ni soledad; y me aseguraré que mi relación con Dios está en orden. Recordaré y creeré en la divina promesa: Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación (Salmo 91:14-16); Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Salmo 23:4). Oraré al Señor solicitando abundante gracia, leeré y meditaré en las Sagradas Escrituras, cantaré los himnos que consuelan y animan, procuraré el compañerismo con mi familia, mis hermanos y amigos.
El Ministerio que Falta
Por Jonás Aquino López
La sociedad y nuestros hermanos lo necesitan: un periodismo cristiano. Un periódico y/o una revista con un enfoque bíblico. No estoy hablando de una publicación que sea exclusivamente de noticias cristianas y artículos evangelísticos, sino de medios que creen el ambiente propicio para la evangelización y para apoyar la fe de nuestra gente cristiana.
Las filosofías naturalista, materialista, evolucionista, relativista, nihilista, hedonista y utilitarista de nuestra postmodernidad han transformado en alto grado la cultura del mundo. Están causando la pérdida de los valores éticos y de la moralidad, produciendo una generalizada corrupción, desde las altas esferas de la sociedad. Si no se frena, la sociedad acabará de convertirse en una Sodoma. Está encaminando a los estudiantes al escepticismo y el ateísmo y minando la fe de los estudiantes cristianos en el Creador personal y revelado.
No estamos cumpliendo nuestra misión profética a plenitud; no estamos infiltrando el mundo con el testimonio sanador, como la sal de la tierra, como debemos hacerlo; la “sal” ha estado perdiendo su sabor al grado de que hoy estamos viviendo una era postcristiana.
La iglesia se está conformando a la ética relativista, hedonista y utilitarista de este siglo, en lugar de transformarse desde una renovación interior y ser luz, sal y levadura del mundo.
Uno de los medios masivos de comunicación que no hemos usado –escritores y empresarios- es la comunicación escrita hacia el mundo perdido. Nos faltan periódicos que den prioridad a las noticias positivas, con editoriales y artículos de fondo que interpreten los hechos y ofrezcan respuestas con un criterio bíblico-evangélico; en los que no se hagan publicidad de vicios y negocios inmorales; que no promuevan ningún partido ni candidato políticos: simplemente informar los hechos tal cual son.
Es necesario que periodistas y escritores cristianos –que tengan un auténtico testimonio cristiano- Que posean un conocimiento amplio de las doctrinas y ética cristianas, y de las filosofías que están guiando la sociedad contemporánea. También se requiere empresarios cristianos de visión y de una mayordomía fiel, que decidan invertir en el sostenimiento de diarios y/o revistas que promuevan la visión cristiana del mundo. Será necesario para el inicio, con miras a que llegue a ser autofinanciable.
¿Cuántos quieren unirse para madurar este proyecto y planificar el periódico o la revista? ¿Cuántos empresarios cristianos estarán viendo este proyecto como un área de su mayordomía y estén viendo la posibilidad de invertir en este ministerio?
Un Estudiante de Éxito
Por Jonás Aquino López
¿Por qué estudiar?
Estudiar te ayuda a desarrollar tu capacidad de razonar, lo que te ayudará a tomar decisiones correctas, las cuales te darán éxito en la vida.
Te dará la oportunidad de desarrollar tus valores sociales, como es el amor, la paciencia, la bondad, la humildad, el autocontrol, el respeto y la solidaridad.
Te enseñará cómo realizar un trabajo, una profesión; cómo encontrar y retener un empleo; cómo actuar con ética en tus relaciones laborales.
Desarrollará tu capacidad par a entender mejor el mundo que te rodea y la clase de persona que eres.
Le darás honor a Dios al desarrollar la capacidad mental y física que te dio.
Organízate
Guarda siempre en tu mochila todos tus materiales de estudio para que cuando llegues a la escuela no te falte ninguno.
Haz un horario de tus actividades en casa, para que no se te olvide ningún compromiso.
Haz una agenda: escribe una lista de las cosas que debes hacer el día siguiente.
Haz tus tareas primero, antes que otras actividades, como la diversión.
Pide ayuda
Si tus padres cursaron las materias que estás llevando, ellos te podrán ayudar, cuando una materia sea difícil para ti. También puedes pedir ayuda a tus maestros, a un familiar o amigo que llevó las materias en las que necesitas ayuda.
Cuida tu salud
Descansa bien. Acuéstate temprano para dormir de siete a ocho horas. Descansar bien renueva tus energías, acelera tu crecimiento, funciona mejor tu cerebro, fortalece tu sistema inmunitario y mejora tu bienestar emocional.
Aliméntate bien. Tu edad de rápido crecimiento requiere suficiente alimento sano. Se recomienda desayunar bien para mantenerse alerta toda la mañana. Suficiente verduras y frutas, poca carne con grasa. Evita al máximo posible los alimentos enlatados o envasados y refrescos embotellados, por los químicos que contienen y son menos nutritivos. Toma agua pura o aguas de fruta fresca.
El ejercicio fortalece los músculos y los huesos, regula el peso, mejora la capacidad mental, alivia el estrés y te sientes mejor. Una media hora tres veces a la semana.
Ten una meta
Decide en qué vas a dedicar tu vida. Analiza tus habilidades, considera las opciones y investiga por las oportunidades de trabajo o de empleo que existe en tu medio. Entonces decídete por una carrera para el cual tienes capacidades y para el que hay oportunidad de emplearse cuando termines. Tener una meta te da dirección y sentido a tus estudios. Platica con tus padres mientras decides tu carrera.
Sobre todo, busca a Dios.
El ser humano fue creado para vivir en armonía con Dios. Hay paz en el corazón y seguridad en la vida, cuando permitimos que Dios entre a nuestra vida. Adorar a Dios de corazón llena nuestras necesidades espirituales, nos da salud emocional y sentido a la vida. Nos da fuerzas para poner en práctica los valores bíblicos en todo ambiente, como José en Egipto y los jóvenes hebreos en Babilonia. Lee tu Biblia y ora cada día. Fortalecerá tu espíritu. Sigue los valores bíblicos y rechaza las ideas posmodernistas, como el relativismo moral.
El Pacto Matrimonial
Por Jonás Aquino López
Como quiera que sea la ceremonia, civil y/0 religiosa, la Biblia dice que el casamiento es un pacto. Un compromiso y una promesa que se hacen el hombre y la mujer, al momento de unir sus vidas en matrimonio: Malaquís 2:14 Ustedes preguntan: «¿Por qué él no acepta nuestras ofrendas?» Porque el Señor es testigo del pacto matrimonial que cada uno de ustedes hizo con la mujer de su juventud. Pero ustedes la traicionaron aunque era su fiel compañera y esposa legítima (Palabra de Dios para Todos). Dios dice que es testigo del pacto que hacemos al unirnos en matrimonio. Por eso el adulterio quebranta ese compromiso y traiciona al cónyuge. Dios no acepta la adoración del adúltero. Su conciencia está sucia y no la puede hacer con el gozo del cristiano lleno de su Espíritu. El adúltero no puede ser feliz. Quebranta el corazón de su cónyuge y avergüenza a sus hijos.
El ministro de Dios hizo la pregunta: ¿Te conservarás solo para ella mientras los dos, viviereis? Él dijo: Sí. A la misma pregunta ella también dijo: Sí. “La definición de pacto es convenio, trato o una alianza entre partes iguales o igual autoridad. La palabra hebrea "bereeth", usada más frecuentemente en el Antiguo Testamento se refiere a pacto. Esta palabra tiene una connotación de amarrado. Este significado se refiere a un lazo que no puede romperse fácilmente. Nos revela que se tomaba muy en serio por las consecuencias que traían los pactos rotos.”
La misericordia divina ofrece perdón al adúltero o adúltera, si hay un arrepentimiento sincero. Arrepentimiento incluye reconocimiento del pecado, la petición de perdón a Dios y al cónyuge ofendido, y el cambio total, es decir, el abandono completo de la relación adúltera. Hay secuelas que quedarán como parte de la disciplina. Pero habrá restauración de la relación con Dios y con el cónyuge si éste perdona la ofensa. Al cónyuge ofendido se le invita a perdonar y restaurar el compromiso.
Mejor es mantener la fidelidad, evitar o rechazar las tentaciones y mantenerse íntegros. No manchar la dignidad personal, ni arrastrar una imagen negativa, de por vida. No se vuelve a ser la misma persona.
No olvidar el mandato divino: No cometerás adulterio (Éxodo 20:14). Y no olvidar que los adúlteros no heredarán el reino de Dios (1Corintios 6:9), a menos de que se arrepientan sinceramente. Y Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios (Hebreos 13:4).
Guardemos el pacto matrimonial, mantengamos nuestra dignidad limpia, el gozo y la paz interna; seamos un ejemplo para nuestros hijos y un testimonio ante el mundo. Y demos la gloria a nuestro Padre celestial.
Por una renovación espiritual
Por Jonás Aquino López
La era moderna comenzó alejarnos de la visión creacionista, para introducirnos a la filosofía materialista y evolucionista, misma que nos llevó a una ética relativista. Desde la década de los 60s del siglo pasado, hemos entrado plenamente a la era postmoderna, en la que la cultura materialista, evolucionista y relativista, nos ha introducido a una ética hedonista y utilitarista.
La cultura de la educación secular, de la literatura y los medios masivos de comunicación, no solamente ha transformado la visión del mundo de la sociedad en general, sino que ha infiltrado la iglesia y los conceptos teológicos de los ministros eclesiásticos. Esto de una manera lenta, gradual e imperceptible. De aquí que no nos demos cuenta hasta dónde hemos llegado.
La excusa de muchos es que “estamos en otra época” y “vivimos en otra cultura.” Esto es totalmente cierto; pero olvidamos que nuestra época es, según los términos bíblicos, nuestro siglo: el mundo secular.
San Juan lo llama “mundo” y nos llama a aborrecerlo: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama el mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad Dios permanece para siempre (a Juan 2:15-17).
Santiago dice que el mundo es enemigo de Dios y los que lo aman son adúlteros espirituales: ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios (Santiago 4:4).
San Pablo lo llama “siglo” y nos amonesta a no permitir que nos deforme, sino que nos consagremos a Dios para que nos transforme conforme a su voluntad: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12:1-2).
No hay problema en aceptar la cultura en todos aquellos aspectos que no afectan la doctrina y la ética del evangelio. Pero no debemos dejar que la filosofía y la ética de este siglo le den forma a nuestra vida. Estamos llamados a transformarnos interiormente, y dicha transformación es mental y espiritual, de conceptos y experiencia, y solo puede ser hecha por la gracia del Espíritu Santo, mediante la consagración total a Dios y la fe en su promesa: Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro (1ª Pedro 1:22)
El propósito de este mensaje es hacer un llamado a los cristianos que están preocupados por la mundanalidad que ha estado entrando en nuestras vidas y en nuestras iglesias, a iniciar un clamor por un avivamiento espiritual que comience en nosotros y llegue a toda la iglesia. Retomar la oración de Habacuc: Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos y hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia (Habacuc 3:2). (En otros artículos estaremos mencionando las características de este siglo).
Oremos por un nuevo derramamiento del Espíritu Santo que traiga pureza de corazón y poder espiritual.
Orar individualmente, en reunión familiar y en reuniones caseras de grupos de cristianos. Solicitar permiso para reunirnos en nuestro propio templo, en días no usados por la iglesia, para orar específicamente por un avivamiento de santidad.
No se trata de hacer otro culto, sino de humillarnos sinceramente delante de nuestro Dios: si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra (2º Crónicas 7:14).
TEMOR – EL SIGNO DE NUESTRO SIGLO
Por Jonás Aquino López
Desde los fines del Siglo XX se inició un aumento del temor de la gente. Se temía que al terminar el Siglo, se acabara el mundo. Este temor siguió aumentando en la primera década de nuestro Siglo XXI. Anuncios de catástrofes y del fin del mundo de personas sin respeto a los sentimientos de la gente sencilla, llenaron y llenan de angustia los corazones de millones. Los medios de comunicación masiva que hoy son tan veloces como la luz, permiten que el temor sea a nivel mundial.
Las tensiones entre las naciones poderosas, unas tratando de asegurar el petróleo controlando a las productoras de este combustible que mueve la industria actual, otras, procurando defender sus riquezas, producen guerras entre naciones, con sus correspondientes consecuencias de millones de muertos, mutilados, huérfanos, enfermedades, pobrezas, hambres y ruinas. Las tensiones entre Israel y sus aliados: Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Francia, contra los palestinos y sus aliados: Irán, Siria, Líbano y otras naciones árabes, hacen temblar de temor por la inminencia de una tercera guerra mundial. La llamada Primavera Árabe, de los pueblos tratando de sacudir el yugo de la opresión de sus gobernantes absolutos, con la esperanza de la libertad con un gobierno democrático, pero a la vez con el temor de nuevos gobiernos religiosos con nuevo estilo de opresión, están dejando millares de muertos, viudas, huérfanos, mutilados y millones de sufrientes refugiados.
Las noticias que nos llegan, casi en el momento en que están sucediendo, de las catástrofes naturales que cada vez son más fuertes y más destructoras, como terremotos, maremotos e incendios, con sus respectivas consecuencias dolorosas. El temor de un desastre nuclear, ya no por motivos bélicos, sino por la fragilidad de las plantas nucleares ante los estertores de la tierra, que amenazan seriamente destrucciones masivas en el mundo, preocupan a las naciones. A todo esto hay que añadir la violencia en todas las ciudades y pueblos del mundo; que no solo en las calles, sino aun en las propias casas, la gente no se siente segura. Hay temor constante.
De cuando en cuando los astrónomos anuncian la posibilidad de que algún asteroide, de los millones que circulan entre la Tierra y Marte, pueda incrustarse en nuestro Planeta. El temor de las naciones se revela en sus planes y proyectos para desviar dichos asteroides, cuando alguno de ellos se dirija hacia nosotros.Jesús ya lo había previsto: desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas (Lucas 21:26). La versión NVI lo traduce en las siguientes palabras: Se desmayarán de terror los hombres, temerosos por lo que va a suceder al mundo, porque los cuerpos celestes serán sacudidos. Realmente, son señales de la proximidad del retorno de Jesucristo, según lo anunció el martes de su última semana de vida terrenal, para recoger a los suyos y hacer juicio a los que se negaron aceptar su oferta salvadora. Pablo saludó a los tesalonicenses con estas palabras de consuelo: Esto sucederá cuando el Señor Jesús se manifieste desde el cielo entre llamas de fuego, con sus poderosos ángeles, para castigar a los que no conocen a Dios ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús. Ellos sufrirán el castigo de la destrucción eterna, lejos de la presencia del Señor y de la majestad de su poder, el día en que venga para ser glorificado por medio de sus santos y admirado por todos los que hayan creído, entre los cuales están ustedes porque creyeron el testimonio que les dimos (1ª Tesalonicenses 1:7-10 NVI)
Sin embargo, los que han recibido a Cristo como su Salvador y Señor y le siguen fieles cada día, nos sentimos seguros en Él, como lo expresó el Apóstol Pablo: Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto. El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor siempre. Por lo tano, anímense unos a otros con estas palabras (1ª Tesalonicenses 4:15-18 NVI). Y nuestro Señor Jesucristo advierte: Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen. (Mateo 24:44 NVI)
Entréguese a Jesucristo, reciba la salvación que le ofrece y sea fiel a él día a día.
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